Hermandad de La Negación y Exaltación de la Cruz

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Origen y presencia en la Semana Santa de Totana

A pesar de disponer tan sólo de documentación a partir de la mencionada fecha (marzo de 1941), sabemos que la Hermandad ya procesionaba con anterioridad a 1939, continuando con una tradición que venía de años anteriores y que había sido interrumpida por la Guerra Civil. Siguiendo la costumbre que caracteriza a las cofradías de nuestra localidad, la Hermandad de la Negación desfilaba acompañada de bocina.

Bocina

Una de las primeras referencias de las que tenemos constancia en relación a esta devoción es de la existencia en Totana de la Hermandad de San Pedro que aglutinaba a personas de vida consagrada o que desempeñaban su labor en el templo de Santiago el Mayor, caso de sacristanes, músicos, maestros de coro, etc. Esta Hermandad les asistía en el entierro, acompañando el cuerpo del difunto con estandarte, cera y oraciones de réquiem.

Origen y presencia en la Semana Santa de TotanaAdemás, de esta devoción al apóstol Pedro como cabeza de la Iglesia, sabemos que en el siglo XVIII procesionaba en Totana en la mañana de Viernes Santo el paso de la Negación de San Pedro, adscrito a la cofradía de la Sangre de Cristo. Asimismo, esta cofradía celebraba también la festividad de la Cruz, en el mes de mayo. Estas últimas son las devociones con que procesiona nuestra actual Hermandad de la Negación y Exaltación de la Cruz, lo que nos inclina a pensar en la relación de ésta como continuadora de aquella otra cofradía del siglo XVIII.

En la noche de Jueves Santo en el apóstol Pedro concurren varias actitudes opuestas, algunas de ellas propias de su carácter impulsivo. En la Última Cena se resiste a dejarse lavar los pies por Cristo, hasta que termina por entender el gesto y la lección de servicio que les quería transmitir el Maestro. Tras concluir esta celebración y “después de haber cantado los himnos”, nos relata el evangelista Marcos, “salieron hacia el monte de los Olivos”, allí Jesús les dice a sus apóstoles “todos tendréis en mí ocasión de caída”, a lo que Pedro respondió “aunque fueras para todos ocasión de caída, para mí no”.

Pero Cristo que conoce lo que se avecina le dice: “te aseguro que esta misma noche, antes de que el gallo cante dos veces, me negarás tres”. Unos instantes después la fortaleza de Pedro sucumbe ante el sueño, pues en el Huerto de los Olivos se queda dormido junto con Juan y Santiago.

Pero despierta su furia y sale en defensa del Maestro cuando llegó Judas con un tropel de gente para prenderle. Entonces sacó una espada y “dio un golpe al criado del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha. El criado se llamaba Malco”.

Después de prender a Jesús “la tropa, el oficial y los guardias de los judíos” lo llevaron ante Anás.

Origen y presencia en la Semana Santa de TotanaEn el patio de la casa del sumo sacerdote, junto al fuego, a una hora avanzada de la noche, próximo ya el alba transcurre la escena que procesiona nuestra Hermandad en la noche de Jueves Santo y la mañana de Viernes Santo. Pedro, tras ser interpelado por algunos de los presentes, negó por tres veces conocer al Maestro y entonces cantó el gallo.

Es por ello que algunos de los personajes y elementos que estuvieron presentes en aquella ocasión aparecen recogidos en nuestro paso. Frente al apóstol Pedro se sitúa, calentándose en el brasero, la portera del sanedrín. Esta mujer fue la primera que creyó reconocer a Pedro.

Entre ambos personajes aparece el gallo, que habrá de recordar a Pedro su traición. Detrás de Jesús, que ocupa el punto principal de la escena, encontramos un soldado, “un chepe” como se conoce en Totana a este personaje que custodia a Cristo atado de manos, que ya ha comenzado su redentor calvario.

En la noche de Viernes Santo, nuestra Hermandad procesiona con el signo de la Cruz, “la Exaltación de la Cruz”, de la que ha sido ya descolgado el cuerpo de Cristo y de la que pende un paño blanco.

Esta devoción es muy antigua en la historia de la Iglesia y se instituyó para celebrar la memoria del día 14 de septiembre del año 629 en que el “sagrado madero” fue restituido por el emperador Heraclio a Jerusalén, de donde había sido sacado catorce años antes por Cosroas, rey de Persia.

Algunos historiadores han señalado que esta festividad se celebraba desde bastante tiempo atrás, tanto en la iglesia griega como en la latina para memorar las palabras de Cristo que al hablar de su muerte había dicho: “cuando sea exaltado de la tierra atraeré a mí todas las cosas”, como también: “luego que levantaréis al Hijo del hombre conoceréis quien soy yo”.

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